Crisis de la piratería

El pasado 27 de noviembre comenzó el gran debate: el Gobierno declaró abiertamente la guerra a la piratería.

El Consejo de ministros aprobó el anteproyecto de la Ley de Economía Sostenible con el fin de proteger la creación cultural en la red. Se establece una modificación de la Ley de Propiedad Intelectual y de la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico.

Gracias a estas medidas legislativas, el Gobierno Español tendrá, por orden judicial, la capacidad de cortar Internet a todos aquellos usuarios que realicen descargas ilegales en la red. Además, podrá cerrar automáticamente todas las páginas que faciliten la piratería. A partir de este momento, el Gobierno será el único que decida lo que es legal e ilegal. Por tanto, desaparece la necesidad de intervención judicial que se requería hasta el momento para poder actuar.

No obstante, hay que añadir que, hasta ahora, sólo en determinados supuestos muy concretos se interrumpía el servicio de Internet, entre ellos, para proteger a la juventud y la infancia, para salvaguardar el orden público…

Tras ser anunciado por la ministra de cultura, Ángeles González-Sinde, la mayoría de los sectores de Internet (periodistas, bloggers, usuarios, profesionales de Internet…) manifestaron inmediatamente su profundo rechazo y oposición a través de un decálogo que circula por la red. Este manifiesto reivindica algunos derechos fundamentales como la libertad de expresión o el derecho de acceso a la cultura.

Así mismo, algunos de los representantes más conocidos de la música en España, como Loquillo o Luis Eduardo Aute, acompañados de las grandes discográficas entregaron su respectivo comunicado al ministro de Industria, Miguel Sebastián.

¿Supone esta medida el fin de las descargas ilegales? No teman, todos sabemos que esto es muy difícil, por no decir, imposible. Aunque se prohibiese, la gente continuaría bajándose canciones de Internet, se crearían nuevas artimañas para despistar a nuestra gran justicia. La música es cultura, es de todos: por este motivo, nunca lograrán con ella. Pueden estar tranquilos.